OPONERSE A LA INMIGRACIÓN COMO PRIMER PASO Y COMO OBJETIVO ELECTORAL ESTELAR.
Realmente, con la extensión del imperialismo y las nuevas formas de colonización y dominio mundial, el clásico concepto de “aristocracia obrera” se podría aplicar a una buena porción de la fuerza de trabajo de las formaciones socioestatales centrales del Sistema Mundial capitalista, como ya anunciara el Ché Guevara en los años 60 del siglo pasado (los comunistas chinos insistieron, por ello mismo, en que a la contradicción principal del capitalismo, entre el Trabajo y el Capital, había que añadir la explotación imperial -algo que algunos marxistas iluminados no terminan de ver con buenos ojos todavía hoy-). Explotación de la que durante décadas se excluiría en alguna medida el “Segundo Mundo” o Mundo Socialista.
La “renta imperialista”, según formulación de Samir Amin, permitía el desarrollo del Estado Social en las formaciones centrales (el “desarrollo” en general de las mismas a costa del subdesarrollo de las demás, según Gunder Frank) y con ello la fidelidad de la mayor parte de su fuerza de trabajo al régimen del capital central, que además ejercía de escaparate para una parte muy importante del resto del proletariado del mundo, ese que desempeña su condición en las formaciones socioestatales de capitalismo dependiente o atrasado, impulsando la “pulsión migratoria” y con ella la disposición a discreción para el capital de un ‘ejército laboral de reserva mundial’ de características ciclópeas. Circunstancia que a su vez llevaría al abaratamiento general de la fuerza de trabajo y a su consiguiente pérdida de poder adquisitivo o capacidad de autorreproducción, sólo paliada en el último tercio del siglo XX mediante el crédito y la permanente escalada de la deuda.
La esquilmación de recursos del resto del planeta, la superexplotación de una creciente parte de la fuerza de trabajo mundial, el destrozo de sus condiciones de vida, el aprovechamiento de sus riquezas social y natural construidas o preservadas durante siglos, la destrucción de sus sociedades, permitieron el mantenimiento de la renta imperialista y con ella la perpetuación de la integración más o menos cómplice en el orden capitalista de la clase trabajadora de los Centros del Sistema.
Pero hoy que, en la estela de la Conferencia de Bandung, y quizás poco a poco de la Tricontinental y de la Internacional Socialista, ha vuelto a despertar un Mundo Emergente que desafía la continuidad de la explotación mundial por parte del Imperio Occidental, las condiciones de vida (laborales y sociales) de la “aristocracia trabajadora” primermundista van resintiéndose (se reduce la parte del botín que la clase capitalista reparte con ella). Si a ello sumamos la decadencia del propio modo de producción capitalista (arrastrada por el deterioro de su tasa media de ganancia y de la consiguiente obturación de la acumulación de capital), es más fácil de entender que la creciente degeneración social se extienda más y más en los que se llamaron a sí mismos “países desarrollados”, con especiales consecuencias dañinas para su clase trabajadora, sobre todo la que ocupa los escalones más bajos del “mercado” laboral.
En estas condiciones, el intento de preservar los privilegios del imperialismo (del “bienestar”) se convierte en un sueño nostálgico para la golpeada fuerza de trabajo primermundista, con concreciones políticas altamente reaccionarias. Una parte creciente de ella se enrosca sobre sí misma pidiendo al Estado protección contra “los otros” (como si el Estado fuera un ente social en favor del conjunto de la población) y en adelante mirará como rival o incluso “enemiga” a la clase trabajadora del resto del planeta. La inmigración se convertirá, por tanto, entre otros nódulos básicos de esa reacción, en elemento principal de las contiendas electorales. Siempre centrarse en, y reaccionar contra los más débiles, contra los que han padecido más y contra los que han sustentado el propio “bienestar”, nunca contra los poderosos ni contra el Sistema que ha generado la degradación mundial de las condiciones de vida: ese será el “caldo primitivo”, nutriente, de las fuerzas políticas del capital en más y más lugares del planeta, porque esa escala de rechazo racista-xenofóbico, ese clasismo irracional entre la propia clase trabajadora se puede aplicar en una escala descendente de parias, de unas sociedades a otras, pues no pensemos que tales posturas y artilugios políticos son exclusivos de las fuerzas políticas de “extrema derecha”.
Antes bien, el proceso de renazificación es propio de un Sistema en degeneración, cuya clase capitalista necesita además, y por tanto, crecientemente de la Guerra para seguir aprovechándose del hábitat planetario y de su fuerza de trabajo. Preparar para la Guerra, para el enfrentamiento, para la animadversión (camino del odio), para el rechazo de los otros (siempre que no sean los verdaderos enemigos de clase, siempre que se desvíe la atención sobre los poderosos de la Tierra) es la razón de ser de ese proceso de renazificación. En Europa lo sabemos bien, de Ucrania, para abajo, pasando, claro está, por los países bálticos y escandinavos.
Las “derechas extremas” no son sino instrumentos políticos que traducen la degeneración del capital, favorecidos también por la ya longeva integración socialdemócrata en la barbarie capitalista y por la subordinación de las “nuevas izquierdas” (incluida la mayor parte de los PCs clásicos) a esas mismas socialdemocracias neoliberales.
La guerra contra la Pobreza cobra así más fuerza, pero no en pro de la justicia social, no, sino para apartarla de la vista, devolverla para que la masacren a sus sociedades destruidas por las guerras del Imperio, con sus paramilitares, sus yihadistas o sus mercenarios. Eliminarla, en definitiva (ver nota abajo).
Pero no se puede, porque el Sistema es una máquina cuántica de generar Pobreza, Miseria, Sufrimiento, Muerte…
¿Qué pasará cuando el empobrecimiento de la clase trabajadora alcance, aun así (después de haberse vuelto contra la Pobreza ajena), niveles intolerables dentro de las formaciones de capitalismo avanzado? La historia está siempre abierta, pero el nazismo (el proceso de renazificación social) está previsto y diseñado también para esa contingencia.
De ahí que sea imprescindible reaccionar ya, organizarse hoy mismo, contra él. Y contraprogramar su proyecto de formación de conciencias egotistas, a-empáticas, brutalmente alienadas.
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(Por la organización a la formación social. De la formación a la organización aglutinadora de fuerzas de transformación en favor de las grandes mayorías del mundo).
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Adjunto hoy un artículo de mpr21, que habla de la colaboración entre la socialdemocracia y el llamémosle para ser condescendientes, “neo-fascismo” (ya sabéis que en estas páginas vengo insistiendo sobre la inquebrantable y consecuente colaboración de larga data entre el Impero Occidental y el nazismo):
El fantasma de ‘la ultraderecha’ lo ha promocionado ‘la izquierda’ domesticada – mpr21
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Nota: Con la inmigración se tendrán que levantar barreras cada vez más colosales, según el Imperio Occidental destruye las condiciones de vida en el mundo, pero también las poblaciones xenófobas tendrán que pugnar contra su propio empresariado, que depende de ese ‘ejército laboral de reserva’ para seguir deshaciendo las condiciones laborales de su fuerza de trabajo – ver la entrada LAS MIGRACIONES HUMANAS EN EL CAPITALISMO. MOVILIDAD DE LA FUERZA DE TRABAJO DE RESERVA – El blog de Andrés Piqueras (andrespiqueras.com)-.
La unidad de lucha entre la clase trabajadora mundial es la única vía para evitar ello, y no la pugna cainita y racializada entre sí. Por eso el internacionalismo es el movimiento de la humanidad por su dignidad, contra el capital.
Entiendo que ha habido factores objetivos que han hecho que se produjese un cierto «aburguesamiento» de la clase trabajadora y una pérdida de los valores de lo que podemos llamar izquierda, principalmente en la primera etapa de la incorporación a Europa, que conllevó la destrucción o privatización de las industrias y empresas anteriormente estatales, el cambio a un modelo económico basado en la construcción, los servicios, el turismo, el fomento del consumo, el crédito, etc.
Una vez que las nuevas generaciones se han educado en este contexto, más despolitizado, más capitalista, más «europeo», cuando han llegado las sucesivas crisis, nos encontramos con que se han perdido los referentes tradicionales de la izquierda, en particular los modelos del socialismo real, a los que se ha desprestigiado y calumniado de forma persistente, e incluso criminalizado, como es el caso de la equiparación entre el nazismo alemán y el socialismo soviético que hizo el parlamento europeo, con el objetivo de negar cualquier alternativa al sistema capitalista.
A ello se le suma un proceso de destrucción de los sindicatos de clase, en particular de CCOO, el sindicato más claramente vinculado al comunismo, convirtiéndolo en una especie de apéndice del Estado capitalista, un intermediario entre el capital y los trabajadores, pero partidario en los hechos de los intereses del capital, del pacto social y de las políticas imperialistas -no hay más que leer muchos de los comunicados de la sección de Internacional de CCOO para darse cuenta de esto-, es decir, una «socialdemocratización» en el sentido social-liberal e imperialista del término.
De todos modos, en cuanto al auge -al menos aparente- de la extrema derecha, está por ver qué significado tiene realmente. Sobre este tema, el PCOE hizo un análisis de la situación en España en relación a las pasadas elecciones europeas que, aunque pueda considerarse optimista, señala que, en esencia, lo que ha habido es una redistribución de los votantes de derecha en distintas siglas, algo similar a lo que ocurrió cuando aparecieron Ciudadanos y luego Vox. Es posible que, al menos en el caso de España, pueda ser así, dejo enlace:
El pueblo da la espalda a las elecciones europeas | Diario Octubre
https://diario-octubre.com/2024/06/17/el-pueblo-da-la-espalda-a-las-elecciones-europeas/
Y añado un editorial del diario El País que no deja de ser curioso, puesto que reclama que los partidos que se presentan como alternativa a la ultraderecha de Le Pen en Francia resuelvan los problemas sociales que han llevado al auge de Le Pen:
Francia: Frente republicano para el futuro | Opinión | EL PAÍS
https://elpais.com/opinion/2024-07-03/frente-republicano-para-el-futuro.html
» (…) La unión de los demócratas haría bien en ir más allá de las circunstancias de estas elecciones y en buscar respuestas a largo plazo al malestar que se expresa en el voto ultra. Francia necesita un frente republicano, pero no solo para el próximo domingo sino para los años venideros. Un frente que desactive los motivos para votar a Le Pen.»
Obviamente, es imposible que partidos que no cuestionan el sistema capitalista e imperialista puedan aportar ninguna solución y no es de extrañar tampoco que con el discurso con ciertos elementos sociales y anti-neoliberales de Le Pen (canasta básica, control estatal parcial de la energía, etc.), haya parte de las clases populares que lo apoyen.
En este sentido, creo que es de interés el análisis que hacía el Partido de los Trabajadores de Hungría -un partido, por lo que le he leído, bastante sensato en general, en mi opinión- sobre las políticas de Orbán en el XX Encuentro Comunista Internacional. Cito y traduzco del inglés (está hablando de las dos facciones del capital en Hungría, la liberal y la conservadora de Orbán):
20 IMCWP, Written Contribution of Hungarian WP
http://solidnet.org/article/20-IMCWP-Written-Contribution-of-Hungarian-WP/
« Conforme a la facción conservadora, los métodos de la política económica liberal no pueden usarse en las condiciones húngaras, porque causan una masiva insatisfacción y pueden debilitar el sistema capitalista húngaro. La facción conservadora piensa que el Estado capitalista debe intervenir deliberadamente en los procesos económicos y sociales. El capital debe ser restringido temporalmente y debe dar dinero a las masas. Mientras tanto, deben restringirse los derechos de los trabajadores para prevenir cualquier movimiento contra el sistema. La facción conservadora quiere mantener la UE, pero quiere una mayor libertad para el capital húngaro y poder opinar sobre los asuntos europeos.
Desde 2010 Fidesz está llevando a cabo esta política. Estatalizó los sectores estratégicos de la economía. Creó una gobernanza centralizada. Gravó con impuestos a algunos sectores del gran capital y al aumentar el salario mínimo y ampliar los beneficios sociales creó una vida mejor para muchos sectores sociales. No le han dado a todos todo lo que necesitan, pero han dado algo a todos con objeto de suavizar temporalmente las tensiones sociales.
Fidesz estabilizó el poder del capital en Hungría. Fidesz no ha creado un sistema nuevo -como dicen las fuerzas liberales y socialdemócratas-, sino que usó los métodos del Estado capitalista para salvar el capitalismo.
Con el fin de prevenir movimientos anticapitalistas, introdujo una estricta normativa laboral y una ley de huelgas. Se ha ganado a algunos de los sindicatos y ha hecho que otros se rindan. Expulsó a todas las fuerzas anticapitalistas de los medios de comunicación. El nacionalismo, el anticomunismo y el lavado de cerebro religioso continúan en la educación y la propaganda. »
Hay que añadir que en Hungría, por ejemplo, se puso un tope al coste de la gasolina y se creó una canasta básica de alimentos -por muy insuficiente que fuera-.
En definitiva, las políticas de Orbán, que pueden tener seguramente bastantes elementos en común con las de Le Pen, abordan problemas materiales básicos de los trabajadores y restringen parcialmente al capital -aunque sea con el único objetivo de salvarlo-, por lo que no es de extrañar que uniendo eso a la propaganda y exclusión del debate de las fuerzas anticapitalistas tenga éxito (exclusión que ocurre en cualquier caso en todos los países europeos, no sólo en Hungría, evidentemente).
Hay que señalar también y en cualquier caso que específicamente sobre el tema de la inmigración, el PT de Hungría respaldaba la negativa de Orbán a aceptar inmigrantes, con el argumento de que la solución a la inmigración no viene por la apertura a la inmigración, que en opinión del PTH puede causar fricciones sociales, sino por la solución de los problemas que causa el imperialismo en los países de origen.
Evidentemente, el tema de la inmigración es complejo, pues si bien las políticas imperialistas provocan la emigración en los países afectados, lo cierto es que aquí los capitalistas usan la mano de obra inmigrante para abaratar costes con la consiguiente exclusión de los trabajadores autóctonos. Por supuesto, la inmigración nadie la va a frenar, porque no interesa y porque es además imposible, como Ud. señala, por muchos muros que se construyan, con lo cual va a seguir siendo un testigo visible para los trabajadores de los países imperialistas de los efectos de las políticas imperialistas de sus propios países, abriéndose un doble camino, el de la fascistización de los trabajadores o el de la concienciación socialista y antiimperialista. En una primera fase, es posible que el discurso demagógico de la ultraderecha cale en sectores de la clase trabajadora, pero conforme pase el tiempo y la propia realidad demuestre que la ultraderecha ni quiere ni puede frenar la inmigración, presumiblemente la extensión de los planteamientos antiimperialistas será también más viable. Lo cierto, en cualquier caso, es que la mal llamada «izquierda» institucional tampoco aborda la cuestión de la inmigración desde un punto de vista socialista y antiimperialista, sino que se limita a un discurso buenista que no resuelve nada y que se resume en dejar las cosas como están, tanto en los países imperialistas como en los países semicolonizados.
En el caso de Francia, tampoco parece que las fuerzas de la izquierda parlamentaria sean realmente anticapitalistas y ni siquiera claramente «anti-neoliberales», y tampoco parece que se opongan con claridad a las políticas de guerra de la UE y del Estado francés.
Y sobre la cuestión bélica, ya hemos visto que Orbán, el único líder de la UE que se ha estado oponiendo con claridad a la guerra de la OTAN contra Rusia -junto con el socialdemócrata eslovaco Fico, tiroteado-, ha realizado sendas visitas a Zelensky y a Putin nada más asumir la presidencia rotatoria de la UE, poniendo de los nervios al «establishment» europeo al abogar claramente por la paz -aunque, por otra parte, parece que respalda a Israel en su genocidio contra los palestinos-.
En resumen, estamos en un momento bastante confuso, en el que las fuerzas presuntamente de izquierdas ni se oponen con claridad al sistema capitalista e imperialista ni a las guerras provocadas por el imperialismo, permitiendo que estos sectores del capital que vienen a definirse como ultraderecha sean los que propongan soluciones que, dentro del desastre total que percibe una población bastante atomizada y despolitizada, pueden considerarse un mal menor o una mejora con respecto a la situación actual.
En cuanto a la guerra de la OTAN contra Rusia, por ejemplo, si las opciones reales son una socialdemocracia o una derecha partidarias del imperialismo de la OTAN-UE por un lado y un Orbán «pacifista» por otro, ¿qué habría que elegir?
Y cierro ya este comentario para no alargarlo más, recomendando la serie de vídeos que ha recopilado Insurgente con intervenciones de Juan Manuel Sánchez Gordillo. No hay ninguno más recomendable que otro, pues son todos de interés y en todos se dan pinceladas sobre unas u otras cuestiones (también el tema de la inmigración) y se ve la clara involución política durante este periodo (Podemos inclusive). El primero cronológicamente es de 1985 (La Clave) y es alucinante ver cómo estamos igual que estábamos -peor, de hecho- y ya se anticipaba en aquel entonces (UE, OTAN, capitalismo, reforma agraria, sindicatos, etc.):
Intervención de Juan Manuel Sánchez Gordillo en el XII Congreso.PCA
https://insurgente.org/intervencion-de-juan-manuel-sanchez-gordillo-en-el-xii-congreso-pca/
Un saludo.
Demasiado enjundioso para responder aquí con unas breves líneas. Voy a ver si puedo dedicar
una entrada de este ‘blog’ para hablar de algunas de las consideraciones aquí vertidas,
que creo de gran interés. De momento, gracias por el suyo, Lector.
Hoy publico algo que puede abundar en lo dicho.
Uno breve sobre el tema, porque no puedo dejar de recomendar la lectura del editorial del día de hoy en El País. Orbán será de muy de derechas, pero no deja de ser más que satisfactorio ver el «berrinche» del otanismo belicista europeo con la gira que está haciendo por Ucrania, Rusia y … ¡¡¡China!!!
El «jardinero» Borrell, debe de estar poniéndose de todos los colores posibles. No tiene desperdicio:
Orbán y la voz de la UE en Moscú | Opinión | EL PAÍS
https://elpais.com/opinion/2024-07-09/orban-y-la-voz-de-la-ue-en-moscu.html
Un saludo.
Sí, Lector, los colores de la cara de los sociópatas de la OTAN y de sus correveidiles de la «jardinería» europea van adquiriendo todas las tonalidades, desde el rosa fucsia al morado intenso y al rojo iracundo más acentuado, ante la gira de Orban.
Tengo respeto por Zamora y leo con simpatía sus artículos, pero creo que a veces no comprende bien las claves internas de la política europea ni la profundidad en que la OTAN político-cultural ha penetrado en las estructuras sociales y políticas del pseudocontinente. Así, por ejemplo, no concuerdo en absoluto con que la señalada como «extrema derecha» europea vaya a desafiar los mandatos de la OTAN ni oponerse a sus guerras. Me parece que hay bastantes precedentes sobre ello en la Europa del Este, en la Europa báltica y escandinava. También en la Europa del sur Meloni ha demostrado ya lo que hacen y con quién se alinean los ‘fachas’ en cuanto tocan algo de poder institucional. No nos engañemos, son servidores del Gran Capital, sus perros de presa, no chicos y chicas ‘alternativos’ al mismo. El caso de Orban es diferente, porque él sí es un nacionalista-soberanista, como algunos de nuestros militares que están denunciando la guerra de la OTAN y la locura a la que nos conduce. Dedicaré a este personaje una próxima entrada, espero.
Bueno, para mí es difícil saber qué planes reales tendría Le Pen de llegar a gobernar, pero quizás hay que tener en cuenta que en Francia, como Imperio más o menos reciente y que en parte todavía se mantiene, puede haber sectores del capital que no quieren subordinarse por completo a los EEUU o que quieren hacer su propio juego y tener su propio espacio colonial (algo de eso podía vislumbrarse, creo, en el programa para las pasadas presidenciales). El precedente de no incluir a Francia en el mando central (o estructura militar) de la OTAN está en De Gaulle, a quien parece que favoreció la URSS frente a la alianza de Miterrand con el PC Francés por, precisamente, oponerse a la subordinación de Francia a la estructura de la OTAN, mientras que Miterrand-PCF eran favorables a incluir a Francia por completo en la OTAN.
Para estas elecciones, los de Le Pen, aunque no han negado que continuarán el apoyo a Ucrania, sí han dicho que no enviarían tropas francesas a Ucrania y que no permitirían atacar territorio ruso con armas francesas. No es todo, pero es un freno a la escalada y una declaración de independencia con respecto a los sectores belicistas atlantistas que pueden representar Macron o incluso la alianza de izquierdas (la Francia Insumisa acabó asumiendo el apoyo incondicional a Ucrania, forzada al parecer por los otros miembros de la coalición), con el posible apoyo además que Le Pen pudiera tener de sectores del ejército francés en relación a estos planteamientos.
Como digo, no puedo saber si los de Le Pen se desdirían una vez ganadas las elecciones, pero también hay que considerar que Rusia ha echado cabos en sus relaciones internacionales a derecha e izquierda, buscando aparente y principalmente el apoyo antiimperialista frente a la OTAN (creo que objetivamente puede decirse que es así y que, en parte, puede ser una continuación de la política soviética), por lo que no hay que descartar que haya visto que puede tener apoyos en determinados sectores del capital europeo cuyos intereses no sean totalmente coincidentes con el unipolarismo de los EEUU-OTAN. En parte, además, puede haber cierta coincidencia entre Rusia y algunos de estos partidos en la defensa del Estado-nación, la oposición a la globalización neoliberal, etc. (y aquí quizás pudiera haber alguna contradicción entre Rusia y China).
De todos modos, no deja de ser lamentable que la alternativa en Europa a la unipolaridad de los EEUU-OTAN y a la guerra pudiera tener que venir de la derecha más o menos ultra. En cuanto a lo que dice Augusto Zamora sobre que las categorías políticas del s. XX ya no son válidas, no estoy de acuerdo, por mucho que haya habido un retroceso brutal en términos ideológicos y de conciencia política, a lo que han contribuido sin duda todos los inventos de «nuevas izquierdas» impulsadas por el capital y el imperialismo, puesto que mientras haya trabajadores y capitalistas, es decir, explotación de los trabajadores, el socialismo-comunismo va a seguir teniendo vigencia.
Y sobre la cuestión de las izquierdas, la guerra, etc., pude ver el debate con su participación en Antiimperialistas.com . Decirle que estoy de acuerdo, que lo prioritario es llegar a las masas y que la consigna de PAZ (con los apellidos que queramos) es la obvia en estos momentos, teniendo en cuenta el grado de desinformación masiva a la que está sometida la población y el grado de conciencia política. Por supuesto, eso no quita que se trasladen todos los puntos de vista adicionales que se quieran, eso es necesario también, pero inevitablemente eso requiere de una capacidad de llegar a la población que ahora mismo no existe, por lo que es razonable que el punto de partida sea la PAZ, comprensible por todos, sea cual sea el punto de vista que tenga sobre Rusia, Ucrania, la OTAN, etc.
Por último: partiendo de que la clase trabajadora es el centro de todas las cuestiones, hay que pensar en una estrategia para agrupar a los trabajadores en sindicatos y para intervenir en los mismos, porque el problema no es sólo que los sindicatos estén tomados por la socialdemocracia, sino que de los veintidós millones de trabajadores aproximadamente que hay en España, apenas un par de millones están sindicados -en parte al menos, evidentemente, por las propias actuaciones de los sindicatos y el consiguiente desprestigio-. ¿Un nuevo sindicato? ¿Centrarse en alguno de los ya existentes, con vistas a llevarlos a mecanismos verdaderamente asamblearios y democráticos?
Un saludo.
Veo que seguimos coincidiendo en lo fundamental, estimado Lector.
A ver si en breve puedo proporcionar en este foro más amplias reflexiones
sobre lo que tan certeramente ha señalado.
Hoy me voy a ocupar muy brevemente de la lucha literalmente a muerte entre
las facciones del capital en EE.UU., sobre la que vengo insistiendo desde hace tiempo,
y que ha sido uno de los puntos fuertes del análisis geoestratégico del
Observatorio Internacional de la Crisis, al que pertenezco, y especialmente del que
fuera su director hasta su fallecimiento, nuestro grande e inolvidable Wim Dierckxsens.
He podido leer sus dos nuevos artículos y los que recomienda en ellos, dejo por ahora este comentario retomando el tema del mensaje sobre la PAZ en la difícil situación que tenemos, relativa a la confusión ideológica y la propaganda imperialista que lo permea todo, incluyendo a los grupos presuntamente de «izquierdas» y que puede servir para complementar o matizar lo dicho. Pongo casos prácticos concretos para valorar dónde está el límite, en mi opinión, de lo aceptable:
1.- En primer lugar, un comunicado del denominado «Comité de Enlace Europeo contra la Guerra», que, en términos globales, podría estar bastante bien, pero que incluye una cuña de propaganda imperialista contra Rusia, cito:
Iniciativa del Comité de Enlace Europeo contra la Guerra
https://hojasdebate.es/por-la-paz/iniciativa-del-comite-de-enlace-europeo-contra-la-guerra/
«(…) A ambos lados de la frontera ruso-ucraniana, se detiene a los jóvenes en las calles, en las ciudades y en el campo, para enviar los por la fuerza al frente y a la muerte. Cuando Putin recluta a 300.000 nuevos soldados, Zelenski rebaja en dos años la edad del reclutamiento. Y ello para servir de carne de cañón al servicio de las multinacionales y de los oligarcas de todo pelaje. Rechazamos la extensión de esta guerra. Queremos que pare inmediatamente. Frente a todos los Gobiernos partidarios de la guerra, que pretenden hipócritamente defender la paz y la democracia desmantelando por doquier las conquistas sociales y democráticas, que rechazan las negociaciones y el alto el fuego, que siguen enviando armas, nosotros nos situamos del lado de los jóvenes ucranianos y rusos que no pueden más con la guerra, del lado de los trabajadores y jóvenes que rechazan la guerra y la opresión, (…)»
En ningún sitio consta, que yo sepa, que en Rusia persigan a la gente para ir a la guerra, cosa que sí se sabe que pasa en Ucrania, donde van a la «caza» de personal para el ejército. Tampoco consta que haya un rechazo masivo entre los jóvenes en Rusia a la Operación Militar Especial y niega las propuestas de negociación pasadas y actuales por parte de Rusia (Minsk, etc.).
Es decir, un comunicado aparentemente correcto, pero que reproduce la propaganda imperialista desde una perspectiva claramente «ni-ni» y que falsea la realidad y las actuaciones de Rusia con el objetivo de criminalizarla y ponerla al mismo nivel que a los EEUU-UE-OTAN.
2.- El segundo ejemplo es el discurso de Irene Montero en el Parlamento Europeo como candidata por el grupo «La Izquierda» a presidirlo, que reproduce aproximadamente las tesis últimas de Podemos en favor de la paz (y otros temas). Y digo «tesis últimas» sobre la paz, porque las tuvieron bastante ocultas mientras participaban en el gobierno y tampoco las secundaron sus ex-eurodiputados más directos, Mª Eugenia Rodríguez Palop y Ernest Urtasun, cuando apoyaron en la UE el llamado «Fondo Europeo para la Paz» para enviar armas a Ucrania y dichos ex-eurodiputados han sostenido hasta la fecha un apoyo permanente al envío de armas.
Pero, dejando aparte lo que puede percibirse como un claro oportunismo político en función de las circunstancias del momento por parte de Podemos, el discurso podría considerarse correcto en lo global, pero, de nuevo, nos encontramos con una clara cuña de la propaganda imperialista al calificar a Putin de «criminal» o al afirmar que, con la guerra de la OTAN contra Rusia, gana la «oligarquía putinista». Dejo enlace al discurso completo en el canal de Podemos en Youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=NTO2pnTKZMQ
En definitiva, en estos dos ejemplos, mientras que se aboga por la paz y se critica (más o menos) a los EEUU-OTAN, etc., se reproduce la propaganda imperialista que viene a justificar en la práctica la guerra, pues si Putin es un criminal y actúa del mismo modo que Zelenski o la OTAN y está defendiendo los intereses de las «oligarquías» rusas, todo pudiera llevar a argumentar, como se ha hecho, que el apoyo a Ucrania y el mantenimiento de la guerra está justificado, pues se trata de apoyar al país «invadido» frente a un poder criminal que infringe la «legalidad internacional».
Incluso, si quisiéramos pensar bien -y ya es mucho pensar bien, porque creo que hay pruebas sobradas de que no es el caso-, y quisiera considerarse como una especie de «estrategia» para jugar dentro de los parámetros del imperialismo al mismo tiempo que se atrae el apoyo de sectores más amplios de la población, ni aún así creo que esté justificado ni que pueda llevar a ningún sitio y, lo que es más, se pierde el objetivo estratégico de la extensión de los planteamientos antiimperialistas entre las masas.
Por tanto, como elemento para el debate y por concretar las actuaciones en la práctica, ¿sería positivo un «frente común» con estas posiciones de «izquierdas» basadas en el «ninismo» o incluso un apoyo electoral como «la opción que hay» más cercana a la paz? A mí, de entrada, me parece que no, que eso no llevaría a nada bueno y que lo que hay es que combatirlas para desplazar el apoyo a las posiciones correctas, pero lo cierto es que es «lo que hay» en estos momentos, más allá de casos específicos como el de Orbán, poco favorables por otro lado a los trabajadores, al socialismo-comunismo y a lo que pueden considerarse valores de izquierdas en otras cuestiones.
Sobre este tema, dejo un comunicado que creo bastante correcto y que, junto con la propuesta de PAZ como base (desde nuestra perspectiva como países colaboradores en la agresión contra Rusia y otros países), señala que hay que esforzarse en trasladar el análisis antiimperialista y explicar que hay buenos y malos, quiénes son unos y otros y que hay apoyar la victoria de los buenos -por otro lado, lo que entiendo se hace en éste su blog, evidentemente-:
Declaración de Washington de la Plataforma Mundial Antiimperialista
https://elcomun.es/2024/07/17/declaracion-de-washington-de-la-plataforma-mundial-antiimperialista/
Un saludo.
PD.- En cuanto al Observatorio de la Crisis, enhorabuena entonces, pues entiendo que publican Uds. ahí artículos con análisis de mucho interés y en la línea correcta.
Gracias Lector. Obviamente, con los integrantes del «ni-nismo» poco se puede construir alternativo al actual orden mundial.
Hace tiempo que venimos denunciándolo. Su aportación lo clarifica aún más.
Segunda breve contribución al debate sobre el tema de la ultraderecha, abundando sobre la confusión y contradicciones políticas en la actualidad. Dejo un artículo de Augusto Zamora publicado en Insurgente, quien considera que la victoria de Le Pen hubiera supuesto un cambio en relación a la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania y una dificultad para la OTAN -cierto, además, es que, al menos para las anteriores presidenciales en Francia, creo recordar que Le Pen llevaba algo relativo a la salida de Francia de la estructura militar de la OTAN-.
Por supuesto, podemos pensar que es mejor hacerse el «hara-kiri» antes que votar a Le Pen o a Orbán, pero si asumimos que el primer problema a nivel mundial es el imperialismo de los EEUU-OTAN y que el principal freno y oposición es Rusia (más que China, yo diría, al menos en términos militares), se introduce una nueva variable en la ecuación, en particular si tenemos en cuenta que el conflicto en Ucrania es seguramente la mayor amenaza a la paz mundial.
Caso aparte parece que es Vox, por mucho que vaya a integrarse en el mismo grupo en el parlamento europeo que Le Pen, Orbán y Salvini (también aparentemente con una perspectiva favorable a Rusia), puesto que su apoyo al atlantismo parece que está fuera de cuestión (también con artículo de Insurgente al respecto).
En la línea que Ud. señala, acelerar y ampliar el consenso socialista-comunista y antiimperialista con base en el internacionalismo es fundamental, debiendo reconocerse al mismo tiempo que la situación en la actualidad es la que es. Dejo los dos artículos referidos:
Alejado de la injustificada euforia: Interesante análisis de Augusto Zamora sobre las elecciones en Francia
https://insurgente.org/alejado-de-la-injustificada-euforia-interesante-analisis-de-augusto-zamora-sobre-las-elecciones-en-francia/
Vox para principiantes: «Somos pro Ucrania, pro OTAN y pro Estado de Derecho»
https://insurgente.org/vox-para-principiantes-somos-pro-ucrania-pro-otan-y-pro-estado-de-derecho/
Un saludo.