Con la guerra contra el socialismo o Tercera Guerra Mundial, mal llamada “Guerra Fría”, el Imperio Occidental, integrado por las potencias de capitalismo avanzado que conformaron un Sistema Mundial capitalista bajo su dominio, tuvo que embridar parcialmente sus formas más groseramente militaristas y apropiadoras de territorios y recursos. Dos factores coincidían para ello. En primer lugar, la nueva potencia hegemónica, EE.UU., estaba inaugurando nuevas formas de dominación global basadas en el control comercial-financiero, con una red bancaria mundial, la utilización de su moneda como arma de poder universal, la imposición de normas internacionales de intercambio desigual, así como el enorme salto o desigualdad en el uso de tecnología punta y el respaldo de armas de destrucción masiva, con presencia militar directa en casi todo el planeta. En adelante, EE.UU. ejercería un dominio neocolonial sobre la mayor parte del planeta, incluida Europa, donde sus antiguas potencias, casi todas ahora ocupadas militarmente por el nuevo hegemón, se convertirían en centros subimperiales de dominio del mundo, bajo la hégira estadounidense. EE.UU. utilizaría al “desarrollo” y las supuestas políticas de cooperación para al mismo, en uno de los mecanismos privilegiados de penetración y control de las economías periféricas.
En segundo lugar, la existencia de la URSS (su supervivencia tras la guerra de exterminio nazi-occidental contra ella), constituyó un contrapoder mundial que disuadía a “Occidente” de emplear los viejos procedimientos coloniales e imperiales.
Con la caída de la URSS, se abre paso un mundo unipolar, donde los procesos de destrucción de las formaciones socioestatales periféricas del capitalismo (eso que se llamó “Tercer Mundo”) y el acoso a sus formas de organización colectiva (proceso de Bandung, Tricontinental, Grupo de los 77…) adquieren tintes brutales. Los tristemente célebres Programas de Ajuste Estructural tendrían mucho que ver en ello. Los procesos de barbarización social se extenderían también por casi todo el globo, incluyendo más y más a los propios centros del Sistema, en lo que llamé “proceso de autocolonización”. Mal tenían que estar las cosas para la acumulación de capital cuando el Sistema se devora a sí mismo.
Sin embargo esa fase ha sido extremadamente corta en tiempos históricos, pues a partir de la segunda década del presente siglo China (superviviente híbrido, pero poderoso, de la Tercera Guerra Mundial contra el socialismo) se alza como potencia que desafía no sólo su subordinación neocolonial sino incluso también su condición de “periférica”. Concomitantemente, Rusia (que emprendía un proceso acelerado e intenso de resoberanización) había dado un golpe de efecto político-militar de repercusiones globales, venciendo la “guerra de colores” que el Eje Anglosajón (el Imperio Británico no desapareció, sino que se integró subordinadamente en el estadounidense, pero con cierto protagonismo en las áreas en las que se había especializado en el dominio y destrucción de países) llevaba a cabo en Georgia. Poco después, frenaría en seco la destrucción de Siria por parte de EE.UU. y sus cuerpos de ejército privado, paramilitares, mercenarios y yihadistas de todo tipo y calibre.
A partir de aquí, surge un “mundo emergente” que no ha parado de crecer y fortalecerse desde entonces, como acabamos de ver en la cumbre de los BRICS de Sudáfrica, y que establece vínculos de apoyo mutuo en África, Asia y América [en este ‘blog’ pueden encontrarse muchas referencias al mismo].
El Eje Anglosajón y la Red Sionista Mundial (estrechamente entrelazados en términos financieros, políticos, militares y de “intelligentsia”) no ven forma alguna de “convivir” con ello que no sea intentando destruir ese mundo alternativo (en general, el Imperio de Occidente advierte el posible declive de su hegemonía por primera vez en 500 años, frente a lo que opone toda su resistencia). La guerra, en su dimensión ya de Guerra Total [explicada también ampliamente en los Análisis en Profundidad de este ‘blog’], es en adelante la forma que el Eje Anglosajón y la Red Sionista Mundial tienen de enfrentar los intentos de emancipación respecto de su orden imperial mundial. Para ello emplearán el caos y la destrucción como armas privilegiadas. Su primer objetivo, impedir la constitución de Eurasia como actor internacional, como inigualable potencia económico-política. La pieza a sacrificar económica y políticamente: Europa (que va relegándose a la condición de explícita colonia estadounidense). El peón a inmolar militarmente: Ucrania.
Hoy la Guerra Total tiene una vertiente de guerra imperialista contra el “Sur Global” y el “Oriente Global”. Esto es, el Eje del Caos contra el de la Estabilidad. Tiene también, como no podría ser de otra forma dentro de este Sistema Mundial, una vertiente intercapitalista por el control de recursos, mercados y territorios (sin embargo, esta dimensión se subordina o diluye ante los procesos de estatalización de la economía –recursos incluidos- a que se ven forzados los distintos países agredidos, para resistir la ofensiva estadounidense, especialmente en este caso, sus ‘guerras económicas’). Y tiene, muy importante, una dimensión de clase internacional, del capitalismo contra el renacimiento del socialismo a escala planetaria. Un papel relevante en todos esos enfrentamientos corre a cargo de China. De su decidida decantación política o no hacia el socialismo dependerán en buena medida:
- Que las hasta ahora periferias del Sistema puedan formar y sostener bloques de defensa y beneficio mutuo, en progreso.
2. Las posibilidades de que el Mundo Emergente alcance y mantenga procesos de soberanía y de estatalización.
3. Que esos procesos de soberanía y estatalización (en curso ya en algunas formaciones) puedan emprender la vía de transición socialista
4. Que las pequeñas formaciones socio-estatales en transición parcialmente sobrevivientes de la Tercera Guerra Mundial, puedan revertir su involución capitalista (Cuba, Vietnam, Laos…); y que la que logró no involucionar (Corea) pueda volver a progresar en ese camino.
Para el éxito en todo ello resultará fundamental también la propia evolución soberana y de asunción de economía planificada de Rusia. Empezando por su victoria sobre la OTAN en Ucrania (pero también en otros lugares como Siria o el Sahel, por ejemplo).
–
Dejo aquí tres enlaces que publicamos en nuestra página del OIC, y que pueden ayudar a profundizar en estos procesos:
El mundo necesita una nueva teoría socialista del desarrollo (observatoriocrisis.com)
–
Como quiera que la Guerra Total está destinada también a empobrecer Europa (desindustrializarla, cortarla su suministro energético y convertirla en una insignificancia política), los efectos de la misma no se hacen esperar en forma de descomposición social y de aumento de la represión de las poblaciones.
Aquí abajo, incluyo algunas ‘notas’ al respecto de bastante de los puntos expresados:
https://twitter.com/El_Doomer/status/1681995508800421889?t=KE7vL_1X82BC43Ag2a1oAg&s=08 Ruina industrial europea
El Reino de España será de los peones más castigados, no importa que en él gobiernen formalmente “las izquierdas”, clara y explícitamente otanistas (es decir, cómplices de lo que está pasando -Guerra Total- y va a pasar)
Y ante más recortes sociales, más represión, claro está
–
Que se lo digan también a los ‘chalecos amarillos’ franceses y, en conjunto, a la ciudadanía europea
https://www.sanasyria.org/es/?p=305609 La UE sin voluntad política
https://actualidad.rt.com/actualidad/473746-wsj-paises-europeos-pobres-eeuu
–
Si Alemania fue levantada y armada por el Eje Anglosajón y la Red Sionista Mundial para atacar al «comunismo» en la tercera, cuarta y quinta décadas del siglo XX, hoy está siendo sacrificada de otra forma en la Guerra Permanente contra el Mundo Emergente. Proceso contrario, esta vez se la empobrece a marchas aceleradas, con la pasividad sumisa de su propia clase capitalista, que se ve impotente, que se sabe invadida por EE.UU.
📆 Alemania ha estado ocupada por Estados Unidos y sus aliados desde 1945. La URSS retiró sus tropas del este de Alemania, pero Estados Unidos permaneció allí y sigue hasta hoy día.
🔎Cuando los alemanes culpan a los rusos de todo, al menos deberían pensar en esto: no es Rusia la que hoy ocupa Alemania.
📌 Los enemigos son los del otro lado. Pero en las colonias, los verdaderos ocupantes son los buenos.
🔍Japón, por ejemplo, y Ucrania son colonias de Estados Unidos, con la diferencia de que en Ucrania, Rusia no permitió que Estados Unidos colocara sus bases militares.
✏️Pero Alemania, Japón y Ucrania, al igual que otras colonias estadounidenses, hoy también viven en detrimento de ellos mismos y en beneficio del ocupante. Fuente (https://t.me/skubchenko/2408)
@ucraniando
–
La Guerra Total conlleva también la renazificación de Europa y la concesión de carta de legitimidad al nazismo-fascismo, como estamos viendo claramente con el apoyo de las “democracias” occidentales a Ucrania y su giro hacia posiciones más y más protofascistas. Un “Occidente” crecientemente renazificado que, ¿a quién puede sorprenderla ya a estas alturas?, encuentra todo el apoyo de Israel, es decir, del sionismo estatalizado, como parte de la Red Sionista Mundial.
No es de extrañar que Zelenski haya dicho que Ucrania pudiera seguir el ‘modelo’ de Israel, como Estado en guerra permanente con escasa proporción de bajas propias (¿?).