HAITÍ: EL PAÍS EN EL QUE SE CEBÓ EL IMPERIO OCCIDENTAL

A Haití nunca le perdonaron haber protagonizado la primera revolución victoriosa de esclavos de la historia. Su verdadera independencia, su erguimiento orgulloso y libre frente a la metrópoli francesa.

Por la fuerza de su ejemplo y el apoyo práctico que otorgó a los procesos de independencia y de liberación de de su tiempo, la revolución concitó las fuerzas de oposición del conjunto de potencias, provocando desde el principio embargos intermitentes de Haití durante todo el siglo XIX. Pero el asedió real no acabó nunca.

De hecho, el conjunto de países imperialistas se ha venido desde entonces cebando con ese pequeño país que comparte una también pequeña isla. Ya en el siglo XX, con el dominio de facto de EE.UU. sobre el mismo, buscarían, para empezar, asegurarse de que no pudiera volver a ejercer nada parecido a la soberanía. Después, la permanente extracción de su riqueza natural, así como la desposesión de su riqueza social. Por último, reproduciendo incesantemente la dependencia y el ciclo de empobrecimiento y barbarización social.

Realmente, una venganza demasiado grande y duradera respecto de esa proclamada “república de negros libres”, que en 1804 asumió el nombre por el que los aborígenes del lugar designaban el territorio antes de la llegada de los colonizadores: Haití. La tierra que, además, se proclamaba la «patria de los africanos del Nuevo Mundo y de sus descendientes».

Para ver hoy solamente algo de lo que ha sido ese salvajismo neocolonial, vamos a empezar haciendo un recuerdo de lo que fue el terremoto de 2010, las causas históricas de lo que supuso, incluyendo esos procesos tan a menudo delictivos que llaman “cooperación internacional” y “ayuda humanitaria”. El autor nos delinea bien cómo se han ensañado en el empobrecimiento de Haití:

https://www.fuhem.es/papeles_articulo/un-analisis-multifocal-del-terremoto-de-haiti

Continuamos con una somera síntesis desde el punto de vista de Tricontinental (que recoge el nombre de lo que en otros tiempos se vio como una de las voces autorizadas de lo que entonces se llamaba “Tercer Mundo”, con un significado fuerte, de sujeto histórico, desde la Conferencia de Bandung), sobre el saqueo de Haití:

No a la intervención militar. Sí a la insurrección haitiana (thetricontinental.org)

Y por último –por hoy- un análisis actual publicado en la siempre necesaria y rigurosa página de Misión Verdad:

Donde se ve que EE.UU. asumió ya hace tiempo el protagonismo en el descuartizamiento de Haití.

Sirva de advertencia lo que se ha hecho de este país rebelde, para quienes filtrean con la vuelta al seno del Imperio, no precisamente muy lejos de allí.

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