¿HACIA LA DESESTABILIZACIÓN DE SERBIA?

Parece que el Eje Anglosajón y la Red Sionista Mundial no se contentan con haber destrozada Yugoslavia. Quieren también terminar de desestabilizar Serbia. O con la OTAN o con nadie, que diría un maltratador. Todo con tal de que los lazos entre los eslavos de la Europa del Este y los eslavos de Rusia no se consoliden.

Nunca las potencias centrales perdonaron a Yugoslavia su soberanía, su proyecto social y de desarrollo autónomo. Había que destruirla a toda costa. Tras la agresión, Yugoslavia tiene hoy todavía el sector industrial casi arruinado, las cadenas económicas rotas, los puestos de trabajo perdidos; con una migración laboral masiva de jóvenes, una existencia a expensas de las inversiones extranjeras, la importación desaforada, años de crecimiento negativo del PIB y sueños poco realistas de volver al nivel de desarrollo económico de los años 80. A 20 años de los bombardeos, no hay datos oficiales exactos sobre los daños causados (pueden sobrepasar los 100.000 millones de $), pero las consecuencias indirectas son mucho peores. La salud de los ciudadanos se ha visto socavada, se han producido daños irreparables al hábitat y se ha dado una gran pérdida de su fuerza productiva.

Y ahora Serbia. ¿Otro intento de «revolución de color»?

Como era de esperar, las recientes elecciones generales en Serbia terminaron con un intento de golpe de Estado, a pesar de la clara derrota de la oposición.

Según los resultados oficiales, la coalición del presidente Aleksandar Vucic, conformada por el oficialista Partido Progresista Serbio y varias fuerzas políticas más, ganó los comicios parlamentarios con un 48% de los votos, mientras que el bloque opositor Serbia Contra la Violencia consiguió el 24%.

Cabe mencionar que se trata de unas elecciones extraordinarias cuya celebración antes de finales de este año (en vez de en la primavera del 2026) en gran medida fue el resultado de la presión de los partidos de la oposición respaldados por la UE y la OTAN. En mayo pasado las fuerzas opositoras aprovecharon dos trágicos tiroteos (https://actualidad.rt.com/actualidad/466072-serbia-endurece-controles-armas-tiroteos-masivos) masivos que sacudieron a Serbia para convocar las protestas más grandes que se han visto en el país desde el año 2000. La oposición logró organizar un movimiento masivo contra el Gobierno, acusándolo de fomentar la violencia. Sin embargo, por lo visto esa estrategia no dio los frutos esperados en las urnas y por eso han pasado al plan B.

Según (https://sputniknews.lat/20231225/a-vucic-le-intentan-desestabilizar-porque-rechaza-sanciones-a-rusia-1146888242.html) el embajador de Rusia en Belgrado, Alexánder Botsan-Járchenko, existen pruebas irrefutables de que las recientes protestas violentas de la oposición son alentadas y apoyadas desde el exterior y se llevan a cabo siguiendo las pautas y los esquemas de las típicas revoluciones de colores.

La razón de este intento de golpe de Estado es obvia. Debido a sus lazos políticos y culturales con Rusia, Serbia sigue siendo un estorbo para la política de Occidente en Europa, al igual que antes lo fue Yugoslavia. En este contexto llama la atención el hecho de que las autoridades serbias, en vez de guardar silencio, hayan tomado la decisión de agradecer (https://actualidad.rt.com/actualidad/493607-primera-ministra-serbia-moscu-posibles-disturbios) abiertamente a los servicios de seguridad rusos por la advertencia que Moscú había enviado de antemano con respecto a posibles disturbios.

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